La plaça Reial es el lugar de encuentro de los coleccionistas, de todo tipo de objetos, que cada domingo por la mañana nos reunimos para hacer intercambios, comprar en las "paradetas" o hablar de nuestras cosas. En sus orígenes, en esta lugar, se encontraba el convento de Santa Madrona y en 1835 fue derribado, tras un incendio, y en su lugar se levantó esta señorial plaza que fue bautizada con el nombre de Fernando VII. Es la única plaza porticada de la ciudad y en su centro, además de una monumental fuente, se pueden ver dos farolas realizadas por Gaudí desde 1879. Desde los años cincuenta se realiza el mercadillo de venta e intercambio de todo tipo de objetos. En un principio solo se podían encontrar sellos, monedas y billetes, pero con el paso de los años se han ido añadiendo otros objetos coleccionables como placas de cava, encendedores, estilográficas, tapones corona, cromos, etc.
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